Ducharse es una de las tareas principales que tienen las personas. La higiene es fundamental tanto para la persona como para quienes viven alrededor o comparten espacio. Como bien sabrás, hay que ducharse 1 vez diaria y no exceder el número de veces para no perjudicar nuestra piel. Con la llegada del buen tiempo, suelen asaltar las dudas de si es mejor ducha fría o caliente. En este artículo, desgranaremos cuáles son los beneficios que tiene tomar una ducha caliente.

Una ducha cálida es como un abrazo

Los expertos indican que es mejor una ducha fría después de realizar deporte, pero nadie duda de que caliente es mucho más placentera. Aporta una serie de beneficios que es conveniente conocer y la primera de ellas es que estimula la circulación. Estar 5 minutos bajo el agua caliente es suficiente para notar una mejoría en ello. Relaja las articulaciones y músculos, por lo que es la mejor manera de recuperar la tranquilidad tras practicar deporte.

Por otra parte, ayuda a limpiar la piel, ya que el vapor abre los poros, permitiendo la eliminación de toxinas e impurezas. Sin embargo, finaliza la ducha con un chorro rápido de agua fría para poder cerrar los poros de nuevo.

Ahora que está aproximándose el otoño, los resfriados están a la vuelta de la esquina. Inhalar vapor mientras estamos constipados, ayuda a erradicar la mucosidad. Si quieres aumentar la eficacia de la ducha caliente, añade aceite de eucalipto para aumentar el efecto. Asimismo, ayuda a conciliar el sueño, puesto que el calor es un sedante natural. Si padeces de insomnio, una ducha antes de ir a dormir, ayudará a dormir mejor.

Ayuda a dormir mucho mejor

Por otro lado, hace que te sientas mucho mejor y relaja. Es una evidencia, que las personas prefieren duchas calientes puesto que persiguen calidez emocional y bienestar. Cuanto más caliente esté el agua, mayor será la necesidad de sentirse feliz. Lo mejor, es alternar agua caliente y fría para así también estimular el sistema linfático del cuerpo. Así, el corazón bombeará más, por lo que si estás embarazada o padeces de algún problema de índole cardíaca, consulta primero a tu médico.